El mercado editorial universitario
Luces y sombras del porvenir
Por Belén Reyna y Diego Zermeño.
A pesar de la aparente bonanza por la que atraviesa el mercado editorial mexicano, el panorama no pinta igual para las editoriales universitarias.
Mexico D. F. “El aumento es paulatino: la industria goza de buena salud” dijo Paola Tinoco, representante de la editorial española Anagrama en México, y gerente de prensa y relaciones públicas de Colofón, que distribuye sellos como Siruela, Acantilado y RBA en el marco de la Feria Internacional del Palacio de Minería.
Efectivamente, a pesar de ocupar el puesto 107 en un ranking de lectura que incluye 108 países y de las duras consecuencias de la crisis de 2008-2009, periodo en el que se redujo considerablemente la compra-venta de libros, y contar con 3 millones de habitantes, por lo menos, que ni de casualidad abrirían un libro, México ocupa el undécimo lugar de mercado editorial más grande del mundo y parece estar incrementando la producción de libros, sin alcanzar, por supuesto, los niveles anteriores a la crisis.
Como en la mayoría de los mercados nacionales, el mercado editorial mexicano se encuentra innegablemente dominado por empresas de dimensión multinacional. Hasta 2012, la industria editorial en México ocupaba el 17% del PIB en cómputo global y se encontraba compuesta por 222 editores, de las cuales solo cerca de un 5% contaban con una facturación anual superior a los 200 millones de pesos al año, por el otro lado, cerca del 80% de los editores se encuentran distribuidos en pequeñas empresas.
Hasta 2012, la industria editorial en México ocupaba el 17% del PIB en cómputo global y se encontraba compuesta por 222 editores, de las cuales solo cerca de un 5% contaban con una facturación anual superior a los 200 millones de pesos al año, por el otro lado, cerca del 80% de los editores se encuentran distribuidos en pequeñas empresas.
Las editoriales de modesto tamaño y nacionales como Era, Almadía, Sexto Piso, Trilce, Sur+, Tumbona Ediciones, Vaso Roto y Acapulco, han logrado sobrevivir en medio de este panorama gracias a la “paciencia, creatividad y constancia” dice Eduardo Rabasa, directivo de Sexto Piso.
Se debe precisar que buena parte del funcionamiento de la producción y distribución del mercado editorial es determinada por las compras que realiza el Gobierno. El Gobierno es el principal cliente de las editoriales dedicadas a la educación. La SEP gasta aproximadamente 5 mil millones de pesos anuales en libros de texto gratuitos.
Datos económicos y obstáculos comerciales
México importa alrededor de 130 millones de libros principalmente de Estados Unidos y España con valor aproximado de 250 millones de dólares, esta tendencia se ha mantenido a lo largo de varios años y ha incluso aumentado. En contraste, el país exporta, aproximadamente, 16 millones de ejemplares con valor de 76 millones de dólares. La industria generó en 2010 un total de 12, 762 y sostiene actualmente unos 8 mil.
Según un estudio realizado por la Oficina Económica y Comercial de la Embajada de España, los principales obstáculos comerciales a los que se enfrenta la industria editorial son las barreras arancelarias, los trámites aduaneros, la
Panorama de la editorial universitaria
Sin embargo, a pesar de este aparente viento en popa de la industria editorial, el panorama para las editoriales universitarias se presenta más oscuro e incierto. Son muchas las razones por las cuales no se puede echar en el mismo saco las publicaciones de editoriales enteramente comerciales y las publicaciones universitarias.
La finalidad buscada por una y otra son esencialmente distintas, más allá de la difusión cultural y el amor a las letras, que sin duda existe y hace posible la existencia del negocio, las publicaciones de editoriales privadas buscan vender, sacar la máxima ganancia del producto que colocan en el mercado. Las publicaciones universitarias por el contrario, procuran la difusión y promoción de la ciencia a través de las investigaciones realizadas por los académicos.
Actualmente, las editoriales universitarias enfrentan distintas complicaciones en la tarea de producir, comercializar y hacer llegar los libros a los lectores. Los problemas por los cuales, las editoriales universitarias se ven afectadas son:
– Restricción financiera
– Ausencia del hábito de lectura
– Desequilibrio temático del fondo editorial
– Bracerismo editorial (los profesores o investigadores prefieren publicar en editoriales comerciales)
El profesor-investigador de la UAM Xochimilco, Gabriel Sosa Plata comenta que las editoriales universitarias “juegan un papel muy importante y relevante, pues son de alguna manera la salida para el trabajo de investigación científica que se lleva a cabo en estas instituciones, su importancia es fundamental para la cultura, para la expresión del conocimiento, para la divulgación científica y deberían tener una presencia mucho más activa e intensa en la distribución o circuitos de distribución editorial, además de fortalecerse con otros mecanismos para que este tipo de producciones pueda llegar a la sociedad”.
Otro punto a considerar es que “se tiene que definir que las publicaciones universitarias no deben, o no deberían, considerarse como publicaciones estrictamente comerciales que tendrían que estar compitiendo con otras publicaciones de esa naturaleza” nos dice David Gutiérrez Fuentes, jefe de la sección de producción editorial de la UAM Xochimilco. Y se apresura a apuntar que “el hecho de que no deba considerarse el mercado editorial como un mercado que forzosamente tiene que competir con los productos y con la lógica de mercado de las editoriales comerciales no quiere decir que no deba haber una visión universitaria editorial”.
Cuestionada respecto al papel que juegan las editoriales universitarias dentro del mercado editorial mexicano, Zyanya Patricia Ruiz Chapoy, Coordinadora editorial de la división de Ciencias Biológicas y de la Salud de la UAM Xochimilco comenta: “Así como papel, está bien difícil ¿sabes qué pasa? Que de la cuestión del mercado editorial en México y a nivel mundial está mal actualmente y para las universidades es todavía más difícil.
Está complicado porque de por si hay poco público lector y con los libros especializados se reduce todavía más, si a eso le agregamos que con las nuevas tecnologías los chicos ya casi no leen en las universidades, nuestro público lector es reducido pues se compone básicamente de estudiantes de nivel licenciatura y posgrado”.
Respecto a los retos que el mercado editorial universitario tiene que enfrentar y la manera de ideal de hacerlo los especialistas señalan: “Creo que hay un enorme problema de distribución, lo vemos en las ferias universitarias, lo vemos en las librerías, pues lo vemos finalmente hasta en nuestro campo, me consta que los universitarios no leemos a los universitarios, entonces hay que trabajar en varios sentidos” comenta Gabriel Sosa Plata.
David Gutiérrez Fuentes indica que “las particularidades que tendría que tener la edición universitaria serían varias: la primera de ellas, tener bien definido su público, demandar tiros cortos y demandar una difusión a nivel digital o electrónico para que los costos de la impresión de esos productos no se eleven. Otro punto importantísimo es que la universidad no debe descuidar su trabajo generador de cuadros de personas capacitadas para presentar un producto editorial. Además la distribución sigue siendo muy mala y habría que fortalecerla”.
– “Costos”- dice Zyanya Patricia Ruiz Chapoy, -“Todavía estamos muy elevados de costos pero yo creo que ahorita lo principal es actualizarnos, vamos muy atrasados, por ejemplo México como país en producción editorial está muy atrasado con respecto a otros países; siempre nuestra línea la marca España, para todas las editoriales el referente es España, si comparamos América Latina con España todavía estamos muy atrasados y las universidades estamos más atrasadas, por ponerte un ejemplo: Nuestra venta de libros todavía no la podemos hacer en línea con pago por tarjeta de crédito, es una cosa que parece muy tonta, pero facilita el acercar el libro al lector. Entonces retos, de entrada, lograr esa vinculación, que se cierre el circulo, no nadamás se publica, se edita y se saca a la venta, no, se debe lograr que ese material llegue al público lector”.
Los tres coinciden en que las nuevas tecnologías adquieren un papel relevante dentro de la construcción y consolidación del mercado editorial universitario y respecto a esto y al futuro de las editoriales universitarias nos dicen: “(Las editoriales universitarias) van a seguir obviamente teniendo presencia pero creo que el mundo digital se impone cada vez más y tendrán que buscarse también vías para compartir el conocimiento a través de los medios digitales, facilitar el acceso a la enorme producción bibliográfica de las universidades, establecer facilidades por ejemplo económicas de producción de libros o incluso la distribución gratuita”- menciona Sosa Plata.
“El futuro depende de varios factores: 1) la capacidad que tenga la universidad de autogestionarse, en el sentido de que sus propios cuadros sean capaces de ponerse de acuerdo para seguir produciendo, en la medida en que la universidad vaya mermando ese tipo de capacidades se van a ir perdiendo como se perdió la posibilidad de inversión; 2) Que la universidad se ponga las pilas, que sea autogestiva, y logre conciliar entre sus partes, porque luego también están las visiones de la universidad y del sindicato, unas son verdaderamente demenciales otras revelan las problemáticas que tienen que resolverse.”- finaliza David Gutiérrez Fuentes.
“Yo creo que (las editoriales universitarias) van a seguir, siempre hay este estigma de que el libro va a desaparecer pero no, vamos a seguir, tenemos que actualizarnos, tenemos que buscar nuevas plataformas, nuevos medios, formatos y fortalecernos. Se tiene que entrarle más duro al mercado y quitar el estigma de si es un libro es universitario no puede ser comercial, por ejemplo “no puede ser bonito porque tiene que ser inteligente”, no, también puede ser un libro muy comercial, ahora sí que hay que entrarle a la cuestión de la “vendimia”. No por eso vas a hacer mal un libro, pueden ser obras con muchísima calidad, pero necesitamos quitarnos muchos estigmas en ese sentido y entrarle ya más duro a eso”.
“Aquí en la UAM, por ejemplo, estamos intentando realizar un convenio para salir y que no se queden los libros en la librería de la unidad, se está buscando a Gandhi, El Sótano, queremos que se vendan. Hay una bronca muy fuerte por los porcentajes que nos piden, pero se trata de lograr acuerdos”- comenta entusiasmada Zyanya Patricia Ruiz Chapoy.
Sin lugar a dudas, los retos para las editoriales universitarias son muchos, sin embargo la misión y visión de cada Institución de Educación Superior determina el carácter de sus publicaciones. Es claro que la evolución y los nuevos planes de desarrollo son fundamentales para la consolidación del mercado editorial universitario.
Para finalizar, es necesario apuntar el avance de las nuevas tecnologías y como son los mismos productores de materiales editoriales los que piden a gritos el acoplamiento de estas herramientas en el trabajo universitario. Se debe consolidar la producción de las editoriales de las Instituciones de Educación Superior con políticas claras y contundentes para cumplir con eficiencia su labor social y educativa; esto contribuirá a crear una industria editorial en México (no solo universitaria, sino también comercial) más sólida y competitiva.